Mi ánimo siempre es que podamos entender la Palabra de la mejor manera, lo más práctico, sencillo y útil para nuestra vida ministerial, ya que conociendo la "Verdad", ella nos hará libres, y no solo eso, sino que nos deja el agradable sabor de victoria.
Yo entiendo por devorador, como el que todo lo consume, sin resultados útiles para nadie, el que extermina los beneficios que pudiera tenerse, como el enemigo que entra a los graneros y les prende fuego al fruto de la cosecha.
Muchas personas se preguntan:
¿Por qué a mí no se me ve el dinero? Y la respuesta es muy sencilla, “no le ponen el blindaje a su economía”
¿Cómo? Mediante el diezmo y es que el diezmo, es reconocer a Dios como el Señor de mi vida, el que me provee, y el que guarda lo mío que es material, y que Él me lo da, lo físico de mi cuerpo que Él me lo proveyó, los pensamientos de la mente, que son alimentados por la Palabra con el entendimiento y revelación que me da el Espíritu Santo.
El diezmo solo es una forma como Dios no prueba , si ¿Él es el Señor de mi vida?, razón por la cual es la única parte de la Biblia en que encontramos que Dios nos autoriza a que le probemos….Malaquías 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Cuando nosotros traemos los diezmos a la iglesia, no estamos bendiciendo ni al pastor ni a la economía de la Iglesia, lo que estamos hacienda es abrir las puertas de nuestra economía para que se cumplan las promesas de la Palabra de Dios.
Hay lideres que dicen: “la iglesia fue bendecid por la generosidad de la familia “tal”, pero esto es incorrecto, ya que fue la familia “tal” la que se bendijo dando, o llevando al alfolí y que es la Iglesia constituida por Dios, pues Dios no ama al que recibe, sino al que da con alegría y no con tristeza, ni por obligación.
No podemos permitir que el devorador nos robe bajo nuestro consentimiento, no podemos darnos el lujo de vivir desestabilizados, emocional, anímica y económicamente, solo por el hecho de no cumplir con los preceptos del que da pan al que come y semilla al que siembra.
El devorador se roba hasta las promesas
"Y por qué os afanáis por el vestido? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón, en medio de todo su esplendor, se vistió como uno solo de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no lo hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos vestiremos? Porque todas estas cosas las buscan con afán los gentiles; pues vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Mateo 6:28-33
"Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto." Proverbios 3:9, 10
Dad, y se os dará; una medida buena, apretada, remecida y rebosante os pondrán en el regazo. Porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir." Lucas 6:38
CARLOS ERNESTO DIAZ