viernes, 22 de abril de 2011

SIN FE ES IMPOSIBLE

Una cosa es hablar y disertar de la fe o ufanarse de la fe y otra cosa es que de verdad disfrutemos de sabiduría para pedirle a Dios con humildad “Tener fe” Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídela a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Santiago 1:5) y la verdad es que si dudamos de lo que pedimos, nuestras oraciones no serán contestadas. Si miramos algunas de las causas de nuestra incredulidad. Primero, la fe por lo general, desafía el razonamiento humano. Ejemplo, estos tiempos en que estamos viviendo en serias dificultades económicas, la lógica dice que solo hay que ahorrar, mientras Dios dice que Él bendecirá al dador alegre. En segundo lugar los sentimientos de temor, incompetencia o culpa  lo que hicimos o dejamos de hacer, puede estovar la confianza en las verdades bíblicas. Miremos como un tercer punto que muchas veces nos enfocamos mas en las circunstancias, que el poder con el cual contamos por se hijos de Dios, nos olvidamos que Él siempre esta en actividad, pero fallamos y nos debilitamos por no ver su mano atendiéndonos inmediatamente y caemos en la incertidumbre o falta de fe, dudando de las promesas de La Palabra de Dios.  (Salmo 27:1) Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando la fe fluctúa hay consecuencias graves, como dejar de ver en acción las bendiciones, se pierde la paz, el gozo y se cae en el terrible desanimo. ¿Cómo evitarlo? Creyéndole a Dios cundo nos manifiesta que: “Al que cree, todo le es posible”  
¿Cómo? Orando, leyendo la Palabra, desarrollando una actividad de compromiso y pertenencia con su obra y siempre meditando en sus promesas y no en lo que nos pueda suceder, ya que nosotros no somos una casualidad de la creación de Dios, sino un plan perfecto del Creador.
Entendamos; que la duda nos es frecuente y que Dios es paciente y comprensivo y que la fe viene de Él, por eso es que cuando nos hallemos en una encrucijada, mas que esperar del hombre solo esperemos de Dios, poniendo todo nuestro esfuerzo en lo que este a nuestro alcance humanamente.
Un líder puede perder su lugar, cuando espera y piensa solamente en que Dios puso a los hombres para que le solucionen sus dificultades y le ayuden a consolidar sus sueños ministeriales, pues si la obra es de Dios, la fe debe recaer en Dios y la espera en Dios. “Así todo le será posible”

CARLOS ERNESTO DIAZ

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