Hay personas que atraen mala suerte; hay personas que “se levantan con el pie izquierdo” entonces ese día les va mal; hay personas que solo atraen desgracias, solo hablan de enfermedades, crisis, de dificultades familiares, amarguras y resentimientos.
Pero hay gente que solo atrae bendición tras bendición ; y esa gente es la que siempre le busca el lado bueno a la vida, por lo tanto siempre busca bendecir, repartir, colaborar y por consecuencia atrae para si todas las bendiciones. Nosotros tenemos que ensanchar el circulo de conexiones, tenemos que agregar mas gente conocida a la lista de nuestros amigos, que nos alimente de Buena forma el mundo emocional, que nos traiga buenas nuevas y que todo lo vea desde el punto de vista “posible” que nos bendigan y nos de la oportunidad de bendecirle.
La palabra bendecir, viene del griego “elogiar” y es que cuando uno sabe elogiar a otra persona se esta alimentando mutuamente (sin hipocresías) ya que a la verdad, criticar es el lado fuerte de muchos seres humanos.
Interesante que en nuestro circulo de conocidos, amigos o hermanos, podamos mas que “compartir” - “impartir” todo lo bueno que Dios nos ha dado. A Jesús la gente le seguía porque impartía bendiciones, se fue a un lugar desierto (Mateo 14:13) y allí le llegaron a pie desde todas las ciudades. Jesús vio una gran multitud y tuvo compasión de ellos, sano a los enfermos y no solo esto, pensó en lo que los discípulos no podían pensar...bendecir, dar, satisfacer necesidades y solo querían quitarse de encima a la multitud para ir a descansar, pero Jesús solo pensaba en dar, por lo tanto dijo hay que darle de comer a esta gente, pero según nos lo narra Lucas 6 los apóstoles solo sacaron lógicas económicas, Andrés dijo con inseguridad, aquí lo que hay es un muchacho con cinco panes de cebada y dos pececillos (poco para el pesimista, mucho para el que conoce el poder de Dios)
Un joven que de su nombre ni se recuerdan, dijo para si, viendo la necesidad, “yo seria incapaz de comer solo” entonces no compartió, sino impartió lo dio todo, no vio limites, no pensó que a lo mejor a él no le tocaría nada solo demostró que le había creído a Jesús, que en la manos de Él todo es posible, y Jesús con la autoridad del Padre, dio gracias, los repartió entre los discípulos y los discípulos entre los que estaban recostados y todos comieron hasta que se “saciaron” y sobraron doce cestas. Solo podemos ampliar el circulo de los creyentes, cuando pensemos en los no creyentes y les compartamos con amor.
En 1963 Edwards Lorenz descubrió el efecto mariposa, pues un día se pregunto “si las grandes causas se debía a grandes efectos” y si “las pequeñas cosas se debían a pequeños efectos. Y se pregunto si el aleteo de una mariposa podría provocar un huracán y descubrió la ley de Lorenz que dice: “Todo es impredecible: un gran efecto puede venir de un acto pequeño”
Una sonrisa, un abrazo, una llamada, saber escuchar, puede ser el comienzo de un aleteo que traiga una tormenta de bendición. La gente esta hambrienta de que alguien vaya a bendecirle, a darle, pero no de ver que puede dar, que puede hacer para solucionar una situación y a muchos hasta les cuesta darle un aplauso a Dios.
No podemos esperar grandes sucesos en nuestra vida si no hemos iniciado con pequeños detalles que hayan hecho feliz a otra persona.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
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